Manifiesto del Ayuntamiento de Cariñena en el Día Internacional de la Mujer

Manifiesto del Ayuntamiento de Cariñena en el Día Internacional de la Mujer

El artículo 14 de la Constitución española proclama el derecho a la igualdad y a la no discriminación por razón de sexo. Por su parte, el artículo 9.2 consagra la obligación de los poderes públicos de promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra, sean reales y efectivas.

La igualdad entre mujeres y hombres es un principio jurídico universal reconocido en diversos textos internacionales sobre derechos humanos, entre los que destaca la Convención sobre la eliminación de  todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1979 y ratificada por España en 1983. En este mismo ámbito procede evocar los avances introducidos por conferencias mundiales monográficas, como la de Nairobi de 1985 y Beijing de 1995.”

El COVID-19, nuestra pandemia sanitaria actual más lesiva, está matando e infectando a millones de personas en el mundo y laboratorios de muchos países buscan con desesperación una vacuna que ayude a erradicarlo. Las desigualdades y violencias contra las mujeres son una pandemia desde tiempos inmemorables, en la que su vacuna es social y no se necesitan grandes cantidades de dinero para invertir en ella.

Es curioso que cuando hablamos de países con políticas importantes en igualdad de género encontramos en tercer lugar a Finlandia detrás de Islandia y Noruega. Pues bien, es el primer país europeo con mayor nivel de violencia de género: en países como Finlandia el nivel de violencia de género está en torno al 47%, dato alarmante sobre todo si se compara con los datos de España de un 22%, pero realmente, ¿son estos países de Europa los que tienen mayor violencia de género? No es así, sino que las mujeres, amparadas por leyes reales que las protegen de verdad, dan el paso a la denuncia mucho más seguras y sabiendo que las Administraciones las amparan. Esto nos demuestra que las leyes en igualdad son necesarias y solo se pueden desarrollar con éxito en una sociedad que experimente cambios profundos que comienzan en la familia, y continúan en las escuelas y medios de comunicación escritos y audiovisuales. Es evidente que los modelos de “masculinidad”, a pesar de lo que nos dicen, no han cambiado nada. Es importante y necesario que comprendamos, analizando este gran problema, que lejos de menguar se va perpetuando en el tiempo.

Si nos centramos en España, encontramos que en las estadísticas que estudian las políticas en igualdad se la califica con buena nota, pero, paradójicamente, son pocos los avances reales que encontramos en materia de igualdad en los últimos años. Las mujeres continúan realizando de media más tareas domésticas comparadas con las de sus compañeros hombres, a pesar de que las mujeres cada vez están más insertadas en el mundo laboral. También encontramos una brecha de género en la vida pública y política a pesar de la legislación que existe de equilibrio de género en las listas electorales. España no avanzará en la lucha contra las violencias machistas si no llega a concienciar a su sociedad de que estas son un problema público estructural. En general Europa “avanza lenta en igualdad”, denuncia el Instituto Europeo de Igualdad de Género. Su directora, Virginija Langbakk, señala que “vamos por buen camino pero nos queda mucho”.

Si nos planteamos: ¿por qué no desaparece el machismo? Podemos encontrar la respuesta si encontramos a quienes se benefician de esto en un sistema patriarcal y capitalista.

Es un sinsentido que en pleno siglo XXI sigamos explicando y justificando lo que significa “feminismo”: es la herramienta que lucha contra las desigualdades que sufrimos las mujeres e indaga en sus causas y sus soluciones para alcanzar una sociedad más igualitaria. Es lo que cada 8 de marzo las mujeres queremos hacer ver en las calles año tras año, además de reclamar nuestra libertad sexual, seguridad e integridad física. Lucha que no ve un fin, porque estamos “muy hartas” de que no solo no veamos la igualdad real, ni la integridad física, ni el respeto que nos merecemos como personas… sino que todos los años hay motivos para salir a las calles a mostrar nuestra indignación por nuestras compañeras que sufren violencias machistas en cualquiera de sus manifestaciones, por las que ya no están, porque han sido víctimas de una sociedad patriarcal.

Es una epidemia omnipresente en todos los estratos sociales y  se debería apostar  por “una vacuna eficiente”, que consiste en trabajar la coeducación que forma en valores igualitarios y aporta una ruptura con los valores tradicionales, evitando un discurso paternal que nos dice que las mujeres “debemos ser fuertes”, por supuesto que lo somos, pero no tenemos que demostrar nada. Lo que necesitamos es que la igualdad se convierta en realidad en una “igualdad real de género y libre de violencias machistas”, no solo de palabra.

La crisis originada como consecuencia de la pandemia provocada por el COVID-19 amenazaba el progreso limitado logrado en materia de igualdad de género y de derechos de las mujeres, y recomendaba formas para colocar el liderazgo y las contribuciones de las mujeres en el corazón de la resiliencia y la recuperación. En esta misma línea, el Foro Económico Mundial advierte ,que la crisis económica y la emergencia sanitaria han impactado más severamente en mujeres que en hombres, levantando nuevas barreras para construir economías inclusivas, provocado el retroceso en algunos avances hacia la paridad conseguidos antes de la pandemia, principalmente en los ámbitos laboral y doméstico.

Este 8M, de una manera u otra, seguiremos en la lucha y alzaremos nuestra voz por nuestras reivindicaciones y por las compañeras que no están, por las que han sufrido agresiones machistas, por las que las están sufriendo. Queremos  también, hoy, tener un recuerdo emocionado para las mujeres que en Ucrania viven el sinsentido de la invasión de las tropas rusas … ¡¡por TODAS!!

2022-03-08T23:19:03+00:00 08/03/2022|Noticias, Solidaridad|

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