El pasado 1 de febrero se procedió a cambiar a tecnología LED el sistema de iluminación de la Escuela Infantil «Arco Iris». Se trata de un cambio que ha permitido mejorar la eficiencia de las instalaciones, contribuyendo a un menor consumo y por tanto a un menor gasto para las arcas municipales.
Este cambio se suma a los ya realizados desde el comienzo de la legislatura en las oficinas municipales, el hogar del jubilado, el Aula de Ciudadanía, el Cine Olimpia, el gimnasio y la nueva sala de actividades del polideportivo.
«Estamos muy contentos por este cambio que ha sido acogido muy positivamente en la escuela y que no solo ha contribuido a mejorar la eficiencia energética del sistema de iluminación, si no que también ha permitido mejorar la calidad de las fuentes de luz, generando espacios mejor iluminados y más confortables«, explica Pili Soler, concejala de Educación del Ayuntamiento. «Próximamente está previsto acometer el cambio a LED en el Mercado Municipal, cambio que vendrá a completar el plan que inició el Ayuntamiento al comienzo de la legislatura para mejorar la eficiencia energética de los edificios municipales».
Reducción del consumo energético y las emisiones a la atmósfera
El cambio a tecnología led de la red de alumbrado público que aún emplea tecnología de baja eficiencia y el cambio a esta misma tecnología en las luminarias de los edificios públicos es un objetivo que el Ayuntamiento va implementando poco a poco, con la finalidad de reducir el consumo energético y las emisiones a la atmosfera. Estas medidas se enmarcan en las directrices establecidas por la Estrategia Aragonesa de Cambio Climático, la Agenda 2030 y el Acuerdo por el Clima alcanzado en la Cumbre de París.
En este sentido, la Unión Europea se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática no más tarde de 2050 y reducir un 55% las emisiones de CO2 en 2030. Para ello, la Comisión ha fijado una estrategia a largo plazo con el fin de retirar todas las emisiones de dióxido de carbono y conseguir que el saldo final sea cero dentro de 30 años. Se trata de un reto enorme que afecta a todos los ámbitos.
Reducir el consumo de energía en edificios, comunidades urbanas, viviendas y empresas permitiría a los países europeos luchar eficazmente contra el cambio climático y evitar que se cumplan los pronósticos de científicos y ecologistas que advierten desde hace décadas de la degradación medioambiental del planeta.
Se estima que la iluminación supone el 10% del gasto energético de las viviendas y el 13% del gasto eléctrico medio total.